Relato corto | La cafeterÃa
Leia Mist
octubre 13, 2021
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Te he visto salir de la cafeteria, parecias muy asustada y mirabas para todos
lados sin saber bien para donde ir. Pero elegiste correr hacia la derecha.
Siempre lo hacias, como si girar a la izquierda te provocara un ataque de
ansiedad. Corriste dos cuadras antes de que te perdiera de vista, y entonces
me quede pensando. ¿Que café habrÃas dejado sobre la mesa? Era fin de semana,
probablemente incluso hubieras abandonado un crossaint a medio comer. ¿SerÃa
demasiado arriesgado asomarme a averiguarlo? Que tal si volvias y me
encontrabas allÃ. No creo que te gustara verme, serÃa muy desagradable para
las dos. Y yo ya no tenÃa la fuerza para soportar tu cara de odio.
Pero pasó media hora y tu no volvÃas, serÃa seguro para mi entrar a la
cafeterÃa, nadie me molestarÃa si entraba ahora. Miré a los lados y cuando
estuve segura que no venia ningun auto, crucé la calle. Ahà estaba, parada
frente a la puerta de la cafeterÃa. Nuestra cafeterÃa. Traté de no pensarlo
demasiado, serÃa raro si me vieran ahi parada mucho tiempo.
Entré de manera despreocupada hasta que estuve cerca de una mesa vacia con un
cafe y un crossaint a medio comer. "Lo sabÃa" dije en voz alta, pero nadie
pareció escucharme. Me senté en la misma mesa que habÃas abandonado, esperando
a que la camarera se acercara a tomar mi orden. PedrirÃa lo mismo que tu,
harÃa una broma con la mesera sobre lo que habÃas dejado en la mesa y luego
tratarÃa de preguntarle sobre tÃ. ¿Porque saliste corriendo asÃ? ¿Porque nadie
ha llamado a la policÃa?
Mientras esperaba examiné el local. Focos vintage en el techo, mesas normales
con sillas bastante incómodas debo decir y otras mesitas bajas con sillones de
colores. Un mostrador lleno de pasteles: pay de limón, tartas de frutas,
flanes y donas decoradas. ¿Cuál habrÃas elegido después de terminar el
croissant? Seguramente un pay de limón, era tu favorito. También habÃa un
reloj de pared muy extraño, no tenia numeros, solo un rehilete de franjas
blancas y negras que contrastaba con lo colorido del establecimiento.
Habia cuadros y múltiples adornos en la pared, y detrás de mi un gran espejo... y
entonces lo vi, aquello que te asusto tanto que saliste corriendo sin mirar
atrás. Eras tu, pero al mismo tiempo no lo eras, habÃa demasiada sangre... La imagen era tan desagradable que me levanté lentamente, sin dejar de mirar, y me acerque a la salida. QuerÃa alejarme, asà que abrà la puerta y comencé
a correr, tan rápido como pude, hacia el lado contrario del espejo.
Corri cuadra tras cuadra hasta quedarme sin aliento, y solo entonces, tras
varios minutos de correr sin descanso, decidà detenerme. Puse las manos sobre
mis rodillas y respire profundo hasta recuperarme. Luego levanté la vista y
mire alrededor, entonces te vÃ, ibas saliendo de la cafeterÃa.